Datos y brecha de género en Ecuador

Necesitamos mas mujeres en la ciencia y academia

Por Marcela Morales H. de la Red Ecuatoriana de Mujeres Científicas – REMCI

¨Porque es el año 2015¨. Esta fue la respuesta del Primer Ministro Justin Trudeau cuando le preguntaron sobre los motivos que le llevaron a conformar un gabinete con igual número de hombres y de mujeres por primera vez en la historia de Canadá, respuesta que también sería útil y necesaria para explicar la importancia de tener más mujeres en los espacios públicos ecuatorianos. Siendo el año 2017, las brechas de género en el Ecuador se disimulan en la práctica cotidiana y por lo tanto se vuelven difíciles de combatir. En este sentido, la generación y el uso de evidencia y datos es crucial para visibilizar las brechas de género y tomar acciones para eliminarlas.

Tomemos como ejemplo la participación de las mujeres en los espacios de generación de conocimiento dentro de la academia y las ciencias. Según el Censo de Población  (2010), la tasa neta de asistencia a la educación superior es de 62.2% en las mujeres y 55.7% en los hombres (Ferreira, García, Macías, Pérez, & Tomsich, 2012). La presencia mayoritaria las mujeres en la educación superior se ha mantenido como tendencia desde el 2010 y pone en evidencia los importantes avances en cuanto al acceso a la educación superior que hemos vivido durante los últimos años. Pero a pesar de este escenario alentador, las mujeres siguen siendo más propensas a abandonar los estudios o a no continuar con su educación debido a responsabilidades familiares y a otros estereotipos sociales, ver gráfico 1, (Herdoiza, 2015).

Gráfico 1: Razones de no asistencia a un establecimiento educativo por género en Ecuador.

Al observar  los datos con más detenimiento, es posible identificar otras brechas algo más sutiles que limitan la participación y representación de las mujeres ecuatorianas en la academia y en las ciencias. Mientras la participación de las mujeres a nivel de grado (cuarto nivel) es superior a la de los hombres en el Ecuador, se reduce sostenidamente a nivel de doctorado y después a nivel de investigación (UNESCO, 2012). El gráfico 2 muestra la relación es inversa en el caso de los hombres y se puede explicar analizando los incentivos y las perspectivas de carrera y salario a los que se enfrentan los investigadores.

Gráfico 2: Participación por género en diferentes niveles de educación en Ecuador.

En el Ecuador, las mujeres representan el 45% de los investigadores a nivel nacional, una cifra igual a la media Latinoamericana y superior a la media mundial (29%) (UNESCO, 2012); sin embargo sólo el 18% de las mujeres ecuatorianas en la academia tienen puestos de toma de decisiones y el 36% tienen puestos de docencia dentro de instituciones de educación superior, como se ilustra en el gráfico 3 (Herdoiza, 2015). Esto muestra que a pesar de tener instituciones académicas con alta participación de mujeres, el liderazgo dentro de estas entidades no refleja esta realidad ni está precisamente listo para dar respuesta a las necesidades de espacios más diversos e incluyentes.

Gráfico 3: Acceso a posiciones académicas por género en Ecuador.

Las mujeres investigadoras en el Ecuador ejercen sus actividades mayormente en el sector público (42%) y en la academia (41%) (UNESCO, 2012) mientras que los hombres que realizan investigación se encuentran representados en mayor porcentaje en el sector privado en donde, según la UNESCO (2012), los salarios y las oportunidades de crecimiento profesional suelen ser mejores.

Además de la falta de incentivos salariales y de crecimiento profesional, las mujeres en la academia y en las ciencias enfrentan todavía discriminación dentro de las instituciones en las que trabajan. La discriminación va desde tratos condescendientes o denigrantes hasta limitación a acceder a puestos de toma de decisiones por su condición de madres o mujeres. La reproducción de roles de género dentro de las instituciones de educación superior (por ejemplo mayor carga administrativa y logística es asignada a las mujeres en comparación a los hombres), limita también la capacidad de las mujeres de generar y publicar su trabajo académico.

Percepciones en torno a la existencia de “carreras de hombres” se mantienen en el Ecuador y son en parte responsables por la limitada participación de las mujeres en otras áreas de las ciencias. Las áreas en donde las mujeres están más representadas son, ver gráfico 4, las ciencias sociales (47%) y  las humanidades (44%). Las ciencias naturales (35%), la ingeniería y tecnología (37%), las ciencias médicas (31%) y la agricultura (31%) siguen manteniéndose cómo áreas dominadas por hombres (UNESCO, 2012). Cabe indicar que en todas las áreas mencionadas, la participación de los hombres supera el 50%.

Gráfico 4: Áreas donde las mujeres están más representadas en Ecuador. 

En este escenario, el estado, la sociedad civil, las instituciones de educación superior y los centros de investigación tienen un rol fundamental contribuyendo a que más mujeres participen activamente en la generación de conocimiento y la innovación en el Ecuador. Por ello, para comprender mejor las brechas y los retos a los que se enfrentan las mujeres en las ciencias y actuar efectivamente es necesario también que mejoremos nuestra capacidad para recolectar datos y generar indicadores sobre las brechas de género en estas áreas. Por ejemplo, datos desagregados por género en indicadores como matriculación en campos científicos, empleo en ocupaciones e industrias relacionadas con la ciencia y la tecnología, investigadores por sector, entre otros, no se recolectan ni se usan sistemáticamente en los procesos de toma decisiones a nivel de políticas públicas y de universidades (Lopez-Blassols, 2017).  

Y entonces: ¿por qué necesitamos más mujeres en la academia y en las ciencias? Porque los retos a los que nos enfrentamos como sociedad no pueden encontrar respuestas si seguimos ignorando la mitad del potencial de generación de conocimiento que tiene el Ecuador. No sólo son las mujeres menos visibles en el ámbito académico en general, aún existen disparidades de género considerables en los campos con más potencial de responder a los desafíos actuales. Estas disparidades entre áreas de conocimiento ponen en evidencia problemas estructurales que afectarán profundamente a las mujeres a medida que las sociedades y los países se convierten en economías del conocimiento, caracterizadas por el rol central de la ciencia y la innovación y que tendrán efectos sobre las economías de los países en el largo plazo (Rivera, 2017). 

Referencias

  • Ferreira, C., García, K., Macías, L., Pérez, A., & Tomsich, C. (2012). Mujeres y Hombres del Ecuador en Cifras III. Quito: Editorial Ecuador. Obtenido de http://www.ecuadorencifras.gob.ec/wp-content/descargas/Libros/Socioeconomico/Mujeres_y_Hombres_del_Ecuador_en_Cifras_III.pdf
  • Herdoiza, M. (2015). Construyendo Igualdad en la Educación Superior. Quito: UNESCO.
  • Lopez-Blassols, V. (2017). Mujeres en la Ciencia: ¿Qué no estamos midiendo? Obtenido de https://blogs.iadb.org/puntossobrelai/2017/07/14/mujeres-en-la-ciencia-que-no-estamos-midiendo/
  • Rivera, L. (2017). El mito de que las mujeres investigadoraas le fallan a la ciencia. Obtenido de https://blogs.iadb.org/puntossobrelai/2017/03/03/mito-las-mujeres-investigadoras-le-fallan-la-ciencia/
  • UNESCO. (2012). Mujeres en Ciencia. Obtenido de http://uis.unesco.org/apps/visualisations/women-in-science/#details!region=40520&view=map&country=ECU&panel=sectors

 

Marcela Morales H. tiene formación en relaciones internacionales y solución de conflictos. Durante los últimos cinco años ha estado involucrada en el diseño e implementación de proyectos de desarrollo en el ámbito educativo, de manejo de recursos naturales no renovables y política pública. Co-fundadora de la Red Ecuatoriana de Mujeres Científicas – REMCI, actualmente se desempeña como Coordinadora de Cooperaciones de REMCI.

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